A principios del siglo XXI, los blogs comienzan a tomar relevancia en el ámbito mediático y poco a poco los bloggers ocupan asientos de primera fila como líderes de opinión, al lado de los comunicadores encargados de representar a los medios de comunicación. Sin embargo, la dinámica de los blogs, consistente en un mensaje bidireccional, donde el receptor participa y comienza a responder, intercambiar ideas y dialogar con los autores de los blogs les cede un empoderamiento que hasta entonces los medios tradicionales no ofrecían.
Con la llegada de las redes sociales, ese poder se basa en la creación de entornos colaborativos que dependiendo de la red pueden ser más formales y profesionales como Twitter o sociales y amistosos como Facebook o hi5. No obstante, la riqueza de estos medios se encuentra en el aprendizaje colaborativo, en lo que se logra cuando individuos de distintos rincones del planeta, idiomas, culturas, capacidad intelectual y formación académica se encuentran y proponen soluciones a un mismo problema.
Esto es lo que en el ámbito académico se denomina trabajo colaborativo, y el mejor ejemplo lo encontramos en lo que llamamos wikipedia; pero no es el único, Linux es otro ejemplo de lo que la gente que comparte una misma pasión puede lograr. Pero la historia que merece ser compartida es la que surge con la idea de Rob McEwen, presidente ejecutivo de Goldcorp, una pequeña empresa dedicada a la explotación de minas de oro al norte de Ontario (Canadá).
Para evitar que Goldcorp cerrara definitivamente, debido a las pérdidas que generaban, decidió apostar en una jugada que hasta entonces solo tenía como precedente a Linux. “En 1999, McEwen, después de escuchar la conferencia de Torvalds en el MIT, tuvo una visión: si sus trabajadores de la mina no podían encontrar el oro, situado en la zona de Red Lake (Canadá), tal vez otros, si podrían hacerlo. Y la clave para localizar más yacimientos de oro quizás estaba en abrir el proceso de prospección. Regresado a Toronto, McEwen puso en práctica su idea. Reunió a sus geólogos y les pidió todos los datos y la máxima información geológica de su mina que habían recabado desde 1948. Introdujo los datos en un archivo y los publicó en Internet, «pidiendo a las mentes más brillantes de la geología a nivel mundial a que, en función de los datos que facilitaba, hiciesen prospectiva de su mina». El premio era la cantidad de 75.000 dólares para los participantes que ofrecieran los mejores métodos y estimaciones. En la web de Goldcorp se reveló hasta la información más nimia sobre los 225.000 km2 de terreno. La noticia corrió como la pólvora por Internet, ya que más de 1.000 buscadores de oro virtuales, de 50 países se pusieron a trabajar analizando los datos.
Unas semanas después, propuestas de todo el mundo inundaban la sede de Goldcorp. Como era de esperar, los geólogos se implicaron. El resultado fue sorprendente. Los participantes habían utilizado matemáticas avanzadas y se localizaron 110 objetivos de posibles yacimientos en los terrenos de Red Lake, el 50% de los cuales no lo habían pensado, ni remotamente, los geólogos de la empresa.
Así pues, podemos presentarte una larga lista de razones por las cuales te conviene apostar por la inteligencia colaborativa, sin embargo, te presentaremos las 3 más importantes:
- El costo de recurrir al trabajo colaborativo es proporcionalmente menor, si consideramos los enormes beneficios y el nuevo abanico de posibilidades que se presentan, especialmente si hablamos de oportunidades de negocio.
- Siempre es posible encontrar formas más eficaces y seguras de hacer la cosas, el trabajo colaborativo es una oda a la mejora continua.
- Apostar por el trabajo colaborativo implica creatividad y quien continuamente está creando, innova y se pone a la vanguardia.
Los tiempos en que ocultabas la “receta secreta” han quedado atrás, vivimos en una sociedad capaz de aportar y lograr grandes y sorprendentes cosas si comenzamos a apostar por el trabajo colaborativo. No se trata ya de ocultar, se trata de aportar y mejorar lo que ya existe.