El cerrojo de los controles biométricos

A pesar de que la ciencia aun no logra superar completamente la ficción, sí podemos asegurar que los avances alcanzados hasta ahora marcan una fuerte tendencia de cambios positivos como los son las nuevas formas de autenticación basadas en certificados digitales. Es probable que demoremos unos cinco o diez años más para que la totalidad de las organizaciones, gobiernos y todo la estructura social de una nación cuente con este tipo de tecnología que al igual que en  la película Gattaca (producida en 1997 por Danny DeVito), muestra el uso de sistemas biométricos portátiles para identificación ciudadana.
 
Gracias a la biometría, es posible identificar a un determinado usuario, partiendo de una  característica fisiológica o de comportamiento única que es resguardada en una base de datos, precisamente estas acciones conforman dos de las principales aplicaciones básicas del sistemas
Biométrico: la identificación y la autentificación.
Este método de validación de datos, que reconocemos gracias a varios filmes de ciencia ficción, se presenta como una de las mejores alternativas de validación y autentificación, gracias a que está conformado por 4 fases que hacen más difícil su vulnerabilidad:
 
Captura de datos biométricos. La magia de la biometría se realiza gracias al sensor encargado de leer y registrar aquella característica física como puede ser el iris del ojo -solo por mencionar un ejemplo-  mediante una imagen, sonido u otro tipo de medición digital o analógica.
 
Proceso de discriminación. Esta etapa consiste en extraer aquellas características discriminantes que requieren procesarse mediante la captura de datos para obtener los elementos solicitados.
 
Obtención de patrones auténticos. A través de este paso el sistema se encarga de corroborar la presunta identidad de la persona, de modo que corresponda con la identidad de los datos almacenados previamente.
 
Comparación de improntas. Al llegar a esta fase se consideran los posibles cambios en las condiciones que rodean la captura de los biométricos con el objetivo de mejorarlos.
 
4 fases que transcurren en un parpadeo, y que buscan superar dos retos importantes: el tiempo de identificación por número de usuarios y la eliminación de errores. Aunque la particularidad en la elección de órganos como el iris o la huella digital son ya una realidad, cada día estamos más cerca de alcanzar un “mundo feliz” al estilo de Aldo Huxley, donde el método biométrico de identificación extendido sea a través del ADN.
 
 
 
 
 
 

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