En los últimos años, hemos notado incremento en niveles de estrés, ansiedad y depresión en la población alrededor del mundo; muchos de estos problemas están relacionados directamente con las condiciones de trabajo, mismas que han incidido en la reducción de la productividad, provocado ausentismo, elevado la rotación de personal, el número de incapacidades y afectado el presentismo laboral. Además del impacto en la salud de las y los empleados.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, los trabajadores mexicanos son los más estresados del mundo. El 75% de la fuerza laboral nacional refiere padecer fatiga y/o enfermedades asociadas a los factores laborales de riesgo psicosocial, cifra que está por arriba de lo observado en países como China (73%) y Estados Unidos (59%).
Antes de 2020, los centros de trabajo mexicanos ya estaban sufriendo condiciones que mermaban en su desarrollo y productividad. Por si fuera poco, se presentó la pandemia por COVID-19, uno de los mayores enemigos que las empresas e instituciones actuales han enfrentado en las últimas décadas. Su impacto ha sido y será, durante un tiempo considerable, devastador.
Muchos negocios han quebrado ya; micro, pequeñas, medianas y hasta grandes empresas han tenido la necesidad de cerrar o reducir su actividad de manera importante. Todos han tenido que adaptarse, en la medida de lo posible, a esta “nueva normalidad”. Y aún falta mucho por venir.
El mundo entero entró en una recesión de forma inesperada y México no es la excepción. Hay empresas que, por su giro, continúan con sus operaciones de forma habitual o incluso mayor a causa de la demanda actual; sin embargo, la mayoría se encuentran en una especie de pausa indefinida y luchan, literalmente, por sobrevivir ante el declive económico y la falta de ingresos. Por supuesto, muchos empresarios y patrones tienen dudas acerca de las estrategias que deben aplicar, en lo financiero, pero sobre todo respecto al manejo de sus recursos humanos.
Aplicar la NOM 035 para beneficio de trabajadores y empresas
Por su parte, como sabemos, en 2019 entró en vigor la NOM-035 sobre Factores de Riesgo Psicosocial en el Trabajo, previamente publicada en el DOF, del 23 de octubre de 2018, la cual establece una serie de lineamientos que deben cumplirse, en favor del trabajador y de la empresa misma.
A pesar de las dudas que puedan haber, son diversos los beneficios que la NOM-035 trae consigo a los centros de trabajo que la aplican. Sin embargo, muchos el día de hoy se preguntan si debiera cumplirse a pesar de las circunstancias antes mencionadas.
Al igual que otros especialistas, considero que no solo debe “cumplirse a pesar de las circunstancias”, sino que es el momento preciso para hacerlo.
En toda empresa, como en la sociedad misma, existe un antes y un después de la pandemia de 2020. Vivimos un periodo de análisis y reflexión sobre lo que habíamos hecho bien y mal antes, y sobre los cambios que debemos hacer ahora, hacia adentro y hacia afuera de nuestra persona, nuestra familia y también de nuestras organizaciones.
Varios de los cambios realizados en las dinámicas de trabajo de las empresas llegaron para quedarse.
El llamado “home office”, por ejemplo, ha sido puesto en práctica, en la mayoría de centros de trabajo, pero en muchos casos, sin método, sin preparación, y sin los resultados esperados. Aunque en definitiva es una forma de trabajo que puede aumentar los niveles de productividad, lo cierto es que aunado a las circunstancias actuales de incertidumbre, miedo y encierro forzado, ha tenido también consecuencias negativas en los trabajadores y por consiguiente en sus organizaciones.
¿Qué hacer para ajustarnos a esta nueva normalidad y sobrevivir?
Lo primero, como responsables de personal es conocer el estado de salud en el que se encuentran nuestros trabajadores y la capacidad que tienen para seguir desempeñando sus funciones, así como los riesgos a los que están expuestos, para poder atenderlos de manera adecuada y prevenir complicaciones a futuro que afecten su persona y su medio.
Las estrategias que promueve la NOM 035 pueden realmente ayudarnos a:
- Prevenir y atender los factores de riesgo psicosocial
- Mejorar las condiciones del entorno organizacional
- Evitar la baja productividad
- Fortalecer nuestro centro de trabajo
Todo esto, mientras damos cumplimiento legal a la normatividad.
La vida y fuerza de nuestra empresa depende en gran medida de lo que hagamos hoy. Es el tiempo de hacer los ajustes pertinentes, si es necesario incluso, empezar de cero, con una nueva visión, nuevos valores pero sobre todo nuevas metodologías y dinámicas para el óptimo desarrollo del personal. La Norma describe las acciones necesarias para comenzar. Solo se requiere conocerla, analizarla e interpretarla correctamente para poder implementarla y contemplar sus beneficios.
Para muchos empresarios no es fácil invertir en tiempos de crisis, pero todos sabemos lo que los grandes maestros de los negocios han afirmado una y otra vez: que no hay mejor momento para hacerlo; y que no hay mejor activo en el cual invertir que el recurso humano. Trabajadores sanos conforman una empresa sana, más allá de las circunstancias externas.
Anímese a conocer y aplicar la NOM-035, ahora. Podrá ver en poco tiempo excelentes resultados. Contáctenos para mayores informes.
Autor: Jorge Clemente Esponda, Psicólogo laboral.
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Viernes 04 y Sábado 05 de septiembre